A mi niño le cuesta mucho comer verdura. No hay manera. Se le han cruzado y no prueba ni gota. ¿Qué puedo hacer? Lo de presentarla de un modo divertido ya lo he probado y tampoco. Gracias.

Primero de todo, aconsejo que se hicieran las siguientes preguntas ante esta situación (a modo de autoreflexión):

1.- El resto de miembros de la familia, ¿come verduras/hortalizas en el almuerzo y en la cena? Y la oferta de alimentos para estas dos comidas principales, ¿es la misma para todos? Es decir, ¿pequeños y mayores comen lo mismo? Si cada uno come menús distintos, y al niño se le obliga a comer lo que los demás no comen, hay muchos números de la lotería que se niegue a comerlas. Los demás deben dar el ejemplo. Los peques son "esponjas". Y más que insistir, discutir y obligar, si él ve que los demás las comen, las acabará comiendo con el tiempo. En todo caso, si continua durante un tiempo sin querer comerlas, no se le debe obligar, pero si continuar poniéndolas en el plato de todos (y al suyo obviamente). Y nunca, por el hecho de no comérselas, y para que coma "algo", ofrecerle en aquella comida productos alimenticios llenos de azúcares y grasas o harinas refinadas. Si se niega a comer (control psicológico de la situación), mejor que se quede con hambre. Después, en la siguiente comida, ya comerá más (y a controlar la oferta de alimentos, muy importante, porque no todo vale como "combustible").

2.- El niño, ¿almuerza y cena solo?, o bien ¿con el resto de miembros de la familia? Sería básico que no comiera solo. Si todo el mundo debe adelantar el horario de la cena, o alguien de la familia puede almorzar con él, es lo mejor que se puede hacer. Debe aprender que hay unos horarios para comer "lo que toca", y que todo el mundo "come lo mismo".

3.- ¿Qué técnicas culinarias se suelen utilizar para cocer esas verduras/hortalizas que se le preparan? Esto tiene importancia a nivel nutricional y para la palatabilidad (sabor, olor y color) de estas verduras/hortalizas. Si se tuviera que hacer una lista de la mejor a la peor, tendríamos la siguiente:

- cocción al vapor y cocción al horno microondas

- salteado

- fritos y cocción al horno

- rehogados y sofritos

- olla a presión

- hervido

4.- ¿Qué tipo de verduras/hortalizas se le ofrecen básicamente?, ¿de hoja verde, inflorescencias y tallos, principalmente?, ¿o bien se va buscando también el incremento de la variedad entre las que son frutos y raíces, que son las que suman color en los platos? Una ensalada no es sólo "lechuga". Ni las verduras/hortalizas son sólo "acelgas" y "espinacas". Existe mucha variedad, que se puede consultar en este enlace.

5.- ¿Se ha probado introduciéndolas como ingredientes de distintas preparaciones culinarias?, o bien ¿se cocinan y se presentan solas en el plato? Es decir, ¿se le da el plato de verdura? Sería bueno "jugar" en la cocina con ellas. Y ahí van unas ideas:

- Sopas, cremas y purés: Las sopas tipo potajes (con los trocitos de los ingredientes utilizados para obtener el caldo), pueden ayudarnos, como platos calientes o tibios, a tener más presentes, no sólo verduras/hortalizas, sino también las legumbres. Cuando se es muy selectivo con las verduras/hortalizas (y las legumbres), las cremas y purés de verduras y legumbres son una buena elección, en muchos casos. Además, con la trituración, se incrementa su digestibilidad.

- Ensaladas: No nos tenemos que quedar con la triste ensalada verde, de cuatro hojas y poco más. Como preparación culinaria pueden ser tan variadas como un/a quiera; incorporando alimentos de muchos grupos diferentes: semillas oleaginosas (pipas, sésamo, semillas de calabaza, de lino), frutos secos, aceitunas, frutas desecadas y fruta fresca (mango, aguacate, fresas, manzana, kiwi, naranja, etc.), maíz; incluso salvado de avena. Y, aunque las podemos hacer más completas, si añadimos legumbres, arroz o de pasta, en sus presentaciones integrales. Todas estas opciones nos ayudarían a incrementar la ingesta de fibra.

Y, si no nos gustan sólidas, y nos cuesta mucho incorporarlas, también las podemos elaborar en formato bebible: sopas frías o gazpachos. Son platos refrescantes e hidratantes.

- Platos calientes de arroz, pasta, legumbres y salsas: Los platos calientes de arroz y pasta (alternando los formatos refinados y los integrales a lo largo de la semana) y los de legumbres son una buena base para añadir como ingredientes secundarios las verduras/hortalizas, sea troceadas bien pequeñas y rehogadas/salteadas, o bien incorporadas en una salsa de tomate tipo pisto o tipo napolitana, y otros. Pero, también, se podría acompañar la pasta y el arroz con salsas cremosas elaboradas con espinacas, con calabaza, pimiento, o champiñones, o con ajo puerro y cebolla, o berenjena, como algunos ejemplos.

Y de otras salsas que incorporan los frutos secos como ingredientes, como son la salsa pesto o salsa romesco. Además la pasta (aunque no sea en formato integral) permite preparar opciones más complejas que incorporan grupos de alimentos ricos en fibra, como canelones, lasañas, utilizando íntegramente verduras/hortalizas variadas, legumbres, frutas desecadas (si se prefiere para dar un toque dulce) y frutos secos (como piñones o nueces), para rellenarlas.

- Bocadillos y similares: Se aconseja preferir prepararlos con pan integral y/o multicereales, antes que con pan refinado. Se pueden preparar, para su relleno, con un lecho de lechuga y similares (rúcula, brotes y espinacas frescas, escarola, canónigos, etc.), acompañándose con unas rodajas de tomate, o bien de pepino y cebolla. que acompañe a lonchas de queso, o bien atún, caballa, sardinillas, etc.

- Batidos (no zumos ni licuados): Es importante decir que los batidos, a diferencia de los zumos y licuados, mantienen el contenido íntegro de fibra propia de sus ingredientes.

Para prepararlos se utilizaría una batidora, en vez de exprimidora o licuadora, hasta obtener una bebida de consistencia líquida, con algún grumo, constituida sólo de fruta y de verduras; a la que se le podría añadir algún lácteo (leche, yogur o kéfir), y también frutos secos, como nueces, avellanas, almendras o anacardos.

Todos estos aspectos deben tenerse en cuenta, al margen de que cuidemos la presentación en el plato.

Espero que sea de utilidad la información facilitada, y de que se pueda mejorar su alimentación en este aspecto; trabajando un poco más no sólo los aspectos culinarios, sino también sus hábitos alimentarios, y los de toda la familia, para poderle ayudar en ello.