Castelló d'Empúries
Un rincón privilegiado en la Costa Brava para disfrutar como nunca del verano
Las guías turísticas sobre la Costa Brava acostumbran a hablar de paisajes agrestes, con calas y acantilados rodeados de bosques de pinos. Pero hay una zona donde la costa tiene un aspecto distinto, mucho más suave y tranquilo: la Bahía de Roses, considerada como una de las más bellas del mundo.
Y allí se encuentra Castelló d’Empúries, un municipio gerundense que reúne todos los atractivos para disfrutar de unas vacaciones privilegiadas. Canales para navegar, playas, espacios protegidos, deportes o arquitectura medieval. La oferta es extensa y cada año se añaden nuevas propuestas interesantes.
Empuriabrava: 24 km de canales navegables
Castelló d’Empúries comprende dos núcleos de población, la villa medieval y Empuriabrava, la marina residencial más grande de Europa. Este trazado de canales navegables, inspirados en la Venecia clásica, atrajo en los años 70 a un gran número de extranjeros de alto nivel económico.
Hoy, 50 años más tarde, el espacio sigue siendo un destino único para el turismo de sol y playa, con una oferta lúdica que incluye desde deportes como la vela, el windsurf o kite surf, hasta propuestas más atrevidas. Allí se encuentran el Skydive Empuriabrava, un centro de paracaidismo de reconocimiento internacional, así como un túnel de viento que simula la caída libre.
Espacios protegidos y ciudad medieval
Al margen de los canales y de las actividades de ocio vinculadas al mar, otro punto fuerte de Castelló d´Empúries tiene que ver con la naturaleza. El Parc Natural dels Aiguamolls es un espectáculo para los amantes de las aves y permite conocer de cerca una extensa muestra de la flora y fauna autóctonas. Todo esto en medio de la Bahía de Roses, con más de 45 km de playas y calas pocos profundas de una belleza única.
El atractivo de Castelló d’Empúries también tiene mucho que ver con su patrimonio histórico y cultural. El municipio, que jugó un papel muy importante en la época medieval, conserva un sector de muralla y foso muy bien conservados y reúne un buen número de construcciones destacadas, como la Basílica de Santa María, el portal de la Gallarda, el Museo de Historia Medieval de la Curia-Prisión, o el Ecomuseu-Farinera, un antiguo molino de harina que muestra las forma de trabajar de los profesionales del pan.