El covid-19 se está propagando a un ritmo más lento en la región subsahariana. La OMS y los expertos médicos advierten que las consecuencias serían catastróficas si los contagios se disparasen.

la pandemia del coronavirus ha experimentado, de momento, dos fases. Una inicial, centrada sobre todo en China, un país con gran capacidad de inversión, fabricación y control de la población. La segunda está representada por el salto a Europa –con Italia y España a la cabeza– y Estados Unidos. Países que han reaccionado tarde, sobre todo este último, pero que cuentan con un sistema sanitario de primer nivel. Pero, ¿qué pasará si se produce una tercera fase en forma de estallido en estados sin esa capacidad económica, médica y social? La respuesta asusta y, por eso, África vive estos días en una tensa espera.

En el continente africano viven más de 1.300 millones de personas, y eso multiplica el potencial del riesgo de contagios. De momento, los más afectados son Sudáfrica y los países del Magreb, mientras que los casos siguen siendo escasos en el África subsahariana, aunque cada día se detecten nuevos positivos. La explicación más plausible es que el coronavirus se propaga más lentamente en climas cálidos, pero ya hay estudios que están poniendo en duda esta teoría, como el que publicó el viernes pasado la revista médica The Lancet.

Por eso, el estado de alerta aumenta por momentos. “Todavía no se sabe cómo se propagará el virus en África porque hay muchos factores que pueden afectar su evolución: genéticos, climáticos, sociológicos, demográficos... Lo que sí sabemos es que algunos países tienen una capacidad de respuesta limitada”, ha remarcado Dieynaba N’Diaye, epidemióloga del departamento de Investigación y Análisis para Acción contra el Hambre. Por su parte John Nkengasong, director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de la Unión Africana, ha expresado una opinión más contundente: “Antes dije que era una amenaza inminente para el continente, ahora digo que es un desastre inminente”.

Sin recursos

Si los sistemas de salud de los países más ricos se encuentran al borde del colapso, el impacto del covid-19 en los países en desarrollo –con sistemas de salud frágiles, pobreza, conflictos armados, corrupción y falta de protección social– podría ser catastrófico. Un simple dato pone los pelos de punta: cerca de un 40% de la población del África subsahariana no tiene un acceso fácil al agua limpia. Así que, por mucho que se les recomiende lavarse la manos con asiduidad, más de 300 millones de personas no podrían cumplir ni siquiera con esta medida básica. A lo que se suma el hecho de que el continente todavía perviven otras grandes tres epidemias, como son la malaria, el sida y la tuberculosis, prácticamente inéditas en Occidente.

Por todo ello, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha pedido que los países más ricos echen una mano al resto y alivien su deuda externa. Según el dirigente, la propagación del coronavirus en regiones como África o América Latina (donde ya comienza a estar más extendido) “tendría graves consecuencias sociales, económicas y políticas”. Por eso, considera vital la solidaridad internacional: “Es esencial que garanticemos que esos países estén bien equipados para detectar, testar, aislar y tratar los posibles casos”.

Las acciones

Medidas de contención

África ha reaccionado con cierta celeridad y ha creado el Africa Joint Continental Strategy for Covid-19 Outbreak, una iniciativa de la Unión Africana y la OMS para trabajar en seis pilares: laboratorio, vigilancia, prevención y control en centros médicos, manejo de casos, comunicación y logística. También se están implantando técnicas de detección en más de 40 países y Naciones Unidas ha puesto en marcha un Plan de Respuesta Humanitaria Global para los países más vulnerables dotado de 2.000 millones de dólares. Algo que puede ayudar a contener al coronavirus si se mantienen las cifras actuales en el continente africano, pero que no será suficiente ni por asomo si el ritmo se acelera.