Protonterapia: Entrevista a la Dra. Carme Ares, jefa de Oncología radioterápica de Quirónsalud :: Prensa Ibérica

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Entrevista a la Dra. Carme Ares

Dra. Carme Ares

Jefa de Oncología Radioterápica del Centro

Ha sido pionera en el uso de este tratamiento en Suiza (Centro de Protonterapia del Paul Scherrer Institute en Villigen) y Paises Bajos (ZON-PTC de la MAASTRO Clinic en Maastricht). Ella nos desvela algunas de las cualidades del tratamiento del cáncer con protones

¿Qué ventajas presenta la protonterapia con respecto a otros tratamientos oncológicos?

La protonterapia es una técnica exacta y precisa de radioterapia, que utiliza un haz de protones para tratar tumores, minimizando la irradiación de los tejidos sanos.

Los protones son partículas subatómicas con carga positiva contenidas en el núcleo de los átomos. En terapia, se producen a partir de átomos de hidrógeno, a los que se extrae el único electrón del que disponen. Los haces de protones se obtienen en potentes aceleradores y sus características físicas les permiten «esculpir» de manera óptima la dosis en el tumor y a su alrededor respetando de esta manera los tejidos sanos circundantes.

Los protones acelerados a alta energía tienen la capacidad física de depositar la mayor parte de la dosis de radiación en un “pico” a una profundidad determinada por la energía del haz y de detenerse inmediatamente después, preservando así los órganos y tejidos sanos circundantes. Así, los haces de protones comparados con los de fotones, utilizados en la radioterapia convencional, presentan ventajas físicas llamadas dosimétricas porque están relacionadas con la distribución de dosis en los tejidos, depositándose una dosis homogénea en el tumor, y reduciéndose en forma significativa la irradiación de los tejidos sanos.

La mayor exactitud y precisión del tratamiento con haces de protones aumenta la posibilidad de control local tumoral, en particular en tumores radio-resistentes y/o ubicados a proximidad de órganos sanos radiosensibles que limitan la dosis tolerable.

La reducción de la dosis a los tejidos sanos, respecto a técnicas con fotones, puede significar una disminución de los efectos indeseables de los tratamientos de radioterapia a corto y a largo plazo, en particular en pacientes pediátricos, y una mejora en la calidad de vida post-tratamiento.

Según un estudio de un grupo de investigadores del Hospital Infantil de Philadelphia y de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania esta técnica es efectiva en pacientes pediátricos con neuroblastoma de alto riesgo. Destacan que reduce los tumores y tiene una toxicidad "mínima" para los órganos circundantes. Esto es fundamental cuando se trata de pacientes de corta edad, incluso, en algunos casos, bebés, ¿no es cierto?

En los pacientes pediátricos que precisan radioterapia para el manejo multidisciplinario de la enfermedad oncológica es especialmente importante reducir la irradiación en los tejidos sanos, ya que la irradiación de los tejidos sanos es la que provocará la aparición de secuelas secundarias al tratamiento a largo plazo. Los tejidos sanos en los pacientes pediátricos están en desarrollo y son especialmente sensibles a la irradiación. Esta especial sensibilidad es mayor cuanto menor es el niño.

La irradiación de estos tejidos sanos puede provocar, en función del órgano que reciba la irradiación, déficits específicos. Por ejemplo, cuando se irradian tumores cerebrales estos niños pueden desarrollar déficits neurocognitivos importantes, déficits endocrinos, déficits visuales, déficits auditivos, alteraciones vasculares, así como alteraciones en el crecimiento y desarrollo y tumores radio-inducidos.

En el caso del neuroblastoma de alto riesgo, como el descrito en este trabajo, cuando se localizan a nivel abdominal con la protonterapia se reduce el riesgo de toxicidad a nivel de los riñones y del hígado, y el volumen del resto de tejidos abdominales sanos que reciben alguna irradiación.

Gracias a los protones volúmenes importantes de tejidos sanos no van a ser irradiados o van a recibir una dosis inferior de irradiación respecto a una radioterapia convencional con fotones. De este modo todo tejido que no sea irradiado no va a desarrollar ninguna toxicidad secundaria a la irradiación

Hoy en día la mitad de los pacientes con cáncer infantil son candidatos a una radioterapia en algún momento del curso de la enfermedad. Se considera que al menos una tercera parte de los candidatos a una radioterapia deberían ser tratados con protones.

¿Para qué otro tipo de patologías o de tumores está indicada la Protonterapia? En pacientes adultos las indicaciones hasta ahora son más restringidas, en parte por una razón de optimización de recursos priorizando aquellas para las cuales los protones son imprescindibles.

Además de los tratamientos en oncología pediátrica, se reconoce la utilidad de la protonterapia en otros tumores, en general catalogados de “radio-resistentes” por precisar dosis altas de irradiación para ser controlados, dosis que superan la tolerancia de las estructuras críticas vecinas al ser tratados con fotones y próximos a estructuras críticas: por ej. tumores oftalmológicos (melanomas de la coroides), de la base de cráneo (cordomas, condrosarcomas, sarcomas, etc.), tumores a lo largo de la columna vertebral. Es objeto de estudio para otros múltiples casos, desde cáncer de mama a cáncer de páncreas, otros de cabeza y cuello, pulmón, sarcomas de extremidades y otros.